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Se ha propuesto el quelato de hierro Bisglicinato como una alternativa al sulfato ferroso debido a su mayor biodisponibilidad. El Bisglicinato ferroso está constituido por dos moléculas de glicina unidas a un catión ferroso. El grupo carboxilo de la glicina se une al hierro por un enlace iónico, mientras que el grupo amino se une al metal por medio de un enlace covalente. Parece ser que esta conformación protege al hierro de los inhibidores de la dieta y de las interacciones con otros minerales a nivel intestinal. Al mismo tiempo, la forma ferrosa es estable cuando se expone al oxígeno ambiental y no potencia las reacciones de oxidación de las grasas. Debido a su composición química, a diferencia del sulfato ferroso, no forma compuestos insolubles con sustancias como los fitatos, oxalatos, y los taninos presentes en gran cantidad en las dietas a base de cereales, que tienen un alto contenido de inhibidores de la absorción de hierro. Además, el bis-glicinato ferroso causa menos efectos colaterales que el sulfato ferroso.
Lactoferrina y Transferritina se unen reversiblemente a dos iones férricos, tienen una estructura primaria con un 59% de homología, y también una conformación espacial muy similar, con los sitios de unión a hierro idénticos. Sin embargo, difieren en la estabilidad de la fijación de la proteína y el hierro. La estabilidad de la unión al hierro férrico en función del pH es mayor para Lactoferrina que para Transferritina. Es necesario un pH por debajo de 2 para separar la unión Lactoferrina-hierro, mientras que un pH por debajo de 6 es suficiente para disociar la Transferritina-hierro. Esta característica, combinada con su afinidad por el hierro sustancialmente mayor a pH neutro, asigna un papel de agente quelante del hierro a Lactoferrina, en lugar de portadora de hierro propia de la Transferritina. Se ha comprobado que las características de la Lactoferrina son compartidas por las Lactoferrinas de diferentes orígenes, utilizándose la Lactoferrinas bovina en los estudios tanto in vitro como in vivo, como si de Lactoferrina humana se tratase.
Las vitaminas B9 y B12 son muy importantes en el funcionamiento de la médula ósea. Ambas participan en la síntesis de ácidos nucleicos, por lo que son de gran importancia en los tipos celulares sometidos a alta tasa de división y crecimiento, y la carencia de cualquiera de ellas ocasiona anemias megaloblásticas. Esto es debido a que los ácidos nucleicos no pueden sintetizarse correctamente en las células precursoras de los eritrocitos, por lo que no se produce el crecimiento y la división del núcleo y las células crecen por aumento del citoplasma, alcanzando un gran tamaño (megaloblastos). Estos grandes glóbulos rojos inmaduros no son funcionales, por lo que se produce la anemia.
La vitamina B12 no necesita ser metabolizada y actúa directamente en la médula ósea (12). Por el contrario, el ácido fólico precisa ser transformado enzimáticamente en 5-metiltetrahidrofolato (5-MTHF) para poder actuar en la médula ósea, y aunque en las personas normales no hay diferencia de eficacia entre suplementar con ácido fólico o con 5-MTHF (13), hay personas con deficiencias enzimáticas incapaces de producir el 5-MTHF que precisan de suplementación con el.
Ingredientes activos por cápsula:
100 mg de vitamina C (L-Ascorbato cálcico).
100 mg de lactoferrina (leche y soja).
70 mg de Bisglicinato ferroso (14 mg de hierro).
2,5 mg de cianocobalamina (25 mcg de vitamina B12).
600 mcg de ácido fólico (ácido pteroilmonoglutámico).
Modo de empleo:
Tomar 1 cápsula al día por la mañana.
Presentación:
Bote de 30 cápsulas.
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