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Somos una comunidad de bacterias en perfecta sintonía, la evolución y miles de años han conseguido que los microorganismos y los seres humanos habiten este planeta en perfecto equilibrio. Viven dentro de nosotros y son 10 veces más numerosos que nuestras células, aportando infinidad de material genético. Esta simbiosis permite que tengamos salud.
En un comunicado reciente, la organización mundial de la salud (OMS) avisa como un riesgo a nivel mundial grave, la resistencia a los antibióticos por abuso de los mismos en los últimos 20 años. La OMS solo se había tomado una amenaza sanitaria tan enserio con el SIDA y el EBOLA.
Pero no olvidemos que los antibióticos también se utilizan masivamente en veterinaria, estos pasan a la nutrición humana a través de los alimentos que ingerimos (leche, carne, huevos y todos sus derivados). Cada año más de 3000 personas mueren en nuestro país por la resistencia a los antibióticos, las superbacterias no responden a ninguno de los fármacos utilizados hoy en día, esta situación se da por utilizar antibióticos de forma indiscriminada. Como decíamos en el inicio de este texto, la salud se da por el equilibrio entre los microorganismos y el ser humano, si hacemos mal uso de estos fármacos, matan indiscriminadamente a las bacterias patógenas, pero el peaje es que también matan a las beneficiosas para la salud. Nuestra propuesta es SI a los antibióticos, pero solo cuando son verdaderamente necesarios.
El conocimiento sobre la microbiota y el microbioma (comunidades microbianas que conviven en un perfecto equilibrio con el ser humano) ha tenido muy poca repercusión en la medicina clínica. Hemos prestado atención solamente a los microorganismos que nos producen enfermedades, denominados patógenos, nos olvidamos de todos los demás, que son los que verdaderamente equilibran nuestra salud. La medicina de vanguardia sabe que en el balance de todos estos microorganismos está la clave, probióticos y prebióticos son los instrumentos principales con los que contamos para poder equilibrar y regular toda la microbiota. Tan importantes son los Probióticos (bacterias) como los prebióticos (alimento para las bacterias), una dieta equilibrada rica en vegetales consigue un buen soporte nutricional para la microbiota saprofita, también una dieta muy alta en proteínas de origen animal nutre la microbiota patógena, como en casi todo en la vida, también en nutrición el equilibrio es fundamental.
La ciencia ha avanzado mucho en los últimos años con la secuenciación el genoma y posteriormente del microbioma, por esto, el diseño de probióticos está muy avanzado, ya existen en el mercado probióticos muy específicos para diferentes alteraciones de la salud.
Útil en los siguientes casos:
Mejora de la respuesta inmunitaria, celiaquía y demás enteropatías, intolerancias alimentarias, aumento de la absorción de nutrientes, sintomatologías relacionadas con el eje intestinocerebro, protección frente a rotavirus, hiperclorhidrias y alergias respiratorias, equilibra la inmunidad sistémica de mucosas.
Ingredientes activos por cápsula:
300 mg de Fibersol®-2 (prebiótico).
200 mg de mezcla de probióticos (Biópolis) (Bifidobacterium lactis, Lactobacillus rhamnosus, Lactobacillus paracasei, Bifidobacterium breve, Bifidobacterium longum ES1)
200 mg de almidón resistente (prebiótico patata).
Modo de empleo:
Niños a partir de 3 años: Tomar 1 cápsula en ayunas.
Adultos: Tomar de 1 a 2 cápsulas diarias fuera de las comidas.
Presentación:
Bote de 90 cápsulas.
En un comunicado reciente, la organización mundial de la salud (OMS) avisa como un riesgo a nivel mundial grave, la resistencia a los antibióticos por abuso de los mismos en los últimos 20 años. La OMS solo se había tomado una amenaza sanitaria tan enserio con el SIDA y el EBOLA.
Pero no olvidemos que los antibióticos también se utilizan masivamente en veterinaria, estos pasan a la nutrición humana a través de los alimentos que ingerimos (leche, carne, huevos y todos sus derivados). Cada año más de 3000 personas mueren en nuestro país por la resistencia a los antibióticos, las superbacterias no responden a ninguno de los fármacos utilizados hoy en día, esta situación se da por utilizar antibióticos de forma indiscriminada. Como decíamos en el inicio de este texto, la salud se da por el equilibrio entre los microorganismos y el ser humano, si hacemos mal uso de estos fármacos, matan indiscriminadamente a las bacterias patógenas, pero el peaje es que también matan a las beneficiosas para la salud. Nuestra propuesta es SI a los antibióticos, pero solo cuando son verdaderamente necesarios.
El conocimiento sobre la microbiota y el microbioma (comunidades microbianas que conviven en un perfecto equilibrio con el ser humano) ha tenido muy poca repercusión en la medicina clínica. Hemos prestado atención solamente a los microorganismos que nos producen enfermedades, denominados patógenos, nos olvidamos de todos los demás, que son los que verdaderamente equilibran nuestra salud. La medicina de vanguardia sabe que en el balance de todos estos microorganismos está la clave, probióticos y prebióticos son los instrumentos principales con los que contamos para poder equilibrar y regular toda la microbiota. Tan importantes son los Probióticos (bacterias) como los prebióticos (alimento para las bacterias), una dieta equilibrada rica en vegetales consigue un buen soporte nutricional para la microbiota saprofita, también una dieta muy alta en proteínas de origen animal nutre la microbiota patógena, como en casi todo en la vida, también en nutrición el equilibrio es fundamental.
La ciencia ha avanzado mucho en los últimos años con la secuenciación el genoma y posteriormente del microbioma, por esto, el diseño de probióticos está muy avanzado, ya existen en el mercado probióticos muy específicos para diferentes alteraciones de la salud.
Útil en los siguientes casos:
Mejora de la respuesta inmunitaria, celiaquía y demás enteropatías, intolerancias alimentarias, aumento de la absorción de nutrientes, sintomatologías relacionadas con el eje intestinocerebro, protección frente a rotavirus, hiperclorhidrias y alergias respiratorias, equilibra la inmunidad sistémica de mucosas.
Ingredientes activos por cápsula:
300 mg de Fibersol®-2 (prebiótico).
200 mg de mezcla de probióticos (Biópolis) (Bifidobacterium lactis, Lactobacillus rhamnosus, Lactobacillus paracasei, Bifidobacterium breve, Bifidobacterium longum ES1)
200 mg de almidón resistente (prebiótico patata).
Modo de empleo:
Niños a partir de 3 años: Tomar 1 cápsula en ayunas.
Adultos: Tomar de 1 a 2 cápsulas diarias fuera de las comidas.
Presentación:
Bote de 90 cápsulas.
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